RESULTADOS

Tras un recurso ante la Junta de Apelaciones de Inmigración y el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, el juez de inmigración cambió la decisión y concedió asilo a una sobreviviente de abusos sexuales y a su hijo. Hoy son residentes permanentes a la espera de solicitar la naturalización.

Orden de deportación reabierta y caso de deportación terminado para un hondureño al que se ordenó la deportación hace años. Ya no tiene una orden final de deportación.

Se concedió la permanencia temporal en el país a la madre de un militar en servicio activo, lo que le permitió solicitar la residencia permanente a pesar de haber entrado ilegalmente en Estados Unidos. No tuvo que salir de Estados Unidos para la entrevista y se le otorgó la tarjeta verde.

Se concedió el estatus de asilado una familia completa como protección contra futuras persecuciones en Mauritania, y la familia permanece unida en Estados Unidos con estatus legal.

La abogada Sparks logro evitar la deportación de dos ciudadanos de Camerún que habían sido perseguidos por funcionarios del gobierno, y a cada uno se le concedió el estatus de asilado después de que un juez de inmigración concediera sus solicitudes de asilo en Houston.

La abogada Sparks logro evitar la revocación del estatus de Residente Permanente Legal y evitó la deportación a Filipinas después de que se presentaron cargos contra él relacionado con fraude matrimonial en el tribunal de inmigración de Nevada.

Una pareja indonesia, de ascendencia china, ganó su caso de asilo en el Tribunal de Inmigración de Los Ángeles y evitó futuras persecuciones por su origen étnico.

La abogada Sparks logro evitar la deportación de un agente del orden mexicano

Se concedió asilo a un ugandés gay en un momento en que el gobierno ugandés abogaba por la pena de muerte para cualquiera que “promoviera la homosexualidad.” La abogada Sparks representó a este individuo junto con sus alumnos externos anteriores que estudiaron en Southwestern Law School de Koreatown, en Los Ángeles.

Un hombre bisexual de Nigeria, que en un principio había solicitado asilo por los daños sufridos en el pasado por él y su pareja masculina, y que se enfrentaba a un juez de inmigración en un procedimiento de expulsión, obtuvo el ajuste de estatus a través de una petición presentada por su esposa; superaron un intenso escrutinio de USCIS, y se convirtió en residente de EE. UU.

Una pareja indonesia, de ascendencia china, fue puesta en procedimientos con la corte de inmigración después de que su estatus de F-1 se expiró, y a ambos se les concedió asilo en Los Ángeles basado en su etnicidad, a pesar de que habían regresado dos veces a Indonesia.

A un agente de la ley mexicano se le concedió asilo después de que los narcotraficantes lo acosaron a él y a toda su familia por su trabajo de investigar las actividades ilegales del narcotráfico; la abogada Sparks representó a la familia junto con sus alumnos anteriores de la facultad de derecho de la Universidad Pepperdine.

En 2003, a una mujer cristiana, que había sido encarcelada y violada en su RDC natal, se le concedió asilo a causa de su religión.

Después de que un profesional legal recibiera un aviso de intención de negar su solicitud de ajuste pendiente, contrató a la abogada Sparks para responder sobre el asunto de “aprobable cuando se presentó”, y su solicitud de residencia fue entonces concedida por el USCIS bajo INA § 245 (i).

A un padre soltero, de las Filipinas, se le otorgo la suspensión de la deportación después de que la abogada Sparks presentó pruebas de su buen carácter moral, la presencia física, y las dificultades que su bebé ciudadano estadounidense sufría debido a una condición médica grave.

A un padre y esposo mexicano, que se había recuperado de un problema de abuso de alcohol, se le otorgo el ajuste de estatus y una tarjeta verde, a pesar de sus cinco condenas por conducir bajo los efectos del alcohol.

A una madre guatemalteca de dos hijos se le otorgo estatus legal bajo NACARA en 2008 después de que presentara pruebas de que sus gemelos sufrirían si ella fuese deportada.

Un ciudadano mexicano, a quien se le dio permiso para viajar a México en libertad condicional anticipada, contrató a la abogada Sparks para su caso de ajuste de estatus, y se le otorgo una tarjeta verde de 10 años a pesar de que tenía condenas penales, y a pesar de que los miembros de su familia habían sido investigados por fraude; su sueño de casi 30 años de convertirse en residente se hizo realidad, y hoy es un ciudadano estadounidense.

Una increíble defensora de los derechos humanos, de Sierra Leona, se le concede asilo afirmativo, y a través de su posterior petición I-730, ahora se ha reunido con su hijo en los EE. UU.

Se le concede protección frente a la persecución a una familia de cuatro miembros debido al servicio militar del padre en Colombia y a los daños que todos sufrieron a manos del FARC y varios grupos guerrilleros.

A un ciudadano afgano, que solía llevar a destacados dignatarios internacionales y periodistas por todo Afganistán, tanto para transportarlos como para interpretar para ellos, se le concedió asilo por los daños que sufrió antes de que los talibanes tomaran el poder en Kabul.

Después de haber estado a punto de ser asesinado por su falta de religión y sus opiniones sobre el islam, la abogada Sparks argumentó con éxito que se le debía conceder asilo por apostasía y las sanciones penales asociadas a ello en Pakistán.

Un estudiante internacional de Siria evitó tener que regresar, una vez que ya no pudo permitirse el lujo de asistir a la escuela con su visa F-1, y cuya falta de asistencia estaba siendo notificada al DHS a través de SEVIS, finalmente se le concedió asilo debido a su temor fundado de persecución futura debido a una posibilidad razonable de daño a causa de una opinión política imputada y su pertenencia al grupo social particular de su familia inmediata.

A pesar de varias condenas penales antiguas, pero graves, un residente legal permanente recibió la Notificación de Acción I-797 aprobando su solicitud I-90 de renovación de su tarjeta verde.

Una joven madre ya no tiene que renovar su permiso de trabajo DACA cada dos años después de que se le dio permiso para viajar a México para visitar a su abuela muy enferma, a quien no había visto desde que era una niña muy pequeña. A su regreso, gracias a la libertad condicional anticipada, cumplió los requisitos para el ajuste de estatus, que fue aprobado, y ahora es ciudadana estadounidense, al igual que sus hijos.